domingo, 20 de septiembre de 2009

El Hidrógeno como combustible.

Nuestro país se enfrenta a una crisis económica mundial, así como a una crisis medio ambiental, esto último producto del uso de tecnologías poco adecuadas, regulaciones medio ambientales débiles y con una evidente carencia de un lineamiento estratégico definido en el área. En el tema energético el escenario no es diferente, el mercado regula el sector y este opera en base a las regulaciones existentes. Si bien comunicacionalmente se ha presentado un auge de parques eólicos y uso de energías renovables, también existe un auge, poco difundido, de centrales térmicas en base a carbón muy generosas con la emisión de contaminantes a la atmósfera. Se observa una falta de estrategia país para enfrentar nuestro futuro energético que involucra generación de electricidad, transporte y calefacción entre otros.
El hidrógeno se vislumbra como una solución dado que si bien no existe libre en la naturaleza es posible de obtenerlo de hidrocarburos, biomasa y agua, esto implica que las reservas son ilimitadas además la combustión es completa, es decir no implica emisiones contaminantes. Pero las desventajas hasta el momento han impedido su desarrollo y masificación, estas son: no existe libre en la naturaleza, obtenerlo implica un gasto equivalente de energía, con los métodos tradicionales, su manipulación no es fácil ni barata.
No obstante lo anterior es posible obtener el hidrógeno a partir de fuentes de energía renovables o energía nuclear y es aquí donde nuestro país debe investigar su viabilidad con miradas de largo plazo y obviamente de estado. Por un lado utilizar hidrogeno en todo el transporte, calefacción e industria implica cambios radicales, como nuevas redes de transporte y despacho, nuevas normativas y tecnologías y con un efecto positivo en el medio ambiente. Por cierto se deben utilizar motores eléctricos alimentados con hidrógeno que ya existen para autos, aviones o buques.
Lo anterior nos abre las puertas a una nueva economía donde si el estado asume un rol potente el acceso a la energía puede llegar a ser democrático. Es más al poder obtener hidrógeno por medio de energías renovables muchas empresas o grupos de personas pueden acceder a un combustible no contaminante proveniente de biomasa o agua que es inagotable.
Es deber del estado impulsar a los científicos e investigadores a desarrollar nuevos métodos de producción del hidrógeno o mejorar los existentes, desarrollar o mejorar motores eléctricos que funciones en base a hidrógeno o celdas de combustible. No podemos esperar que otros países nos vendan tecnologías, debemos nosotros ser capaces de crearla, por medio de centros de investigación y generar trabajo de calidad y estable.
Hoy en medio de una crisis se abre una nueva posibilidad para el emprendimiento y políticas públicas inteligentes. En el caso de Arica o Iquique la producción de hidrógeno en base a la energía solar disponible puede sentar las bases de un nuevo tipo de industria y desarrollo. Este sol que nos ilumina generoso cada día del año puede democratizar la energía, y tal vez nuestras ciudades y el norte en general sea conocido como, las ciudades donde brilla el sol de la justicia.

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